sábado, 20 de marzo de 2010

Las TIC y las innovaciones en el aula



Entrevista a Pardo Kuklinski, docente e investigador en aplicaciones Web

“Creer que porque hacemos blogs o wikis con los alumnos estamos innovando, es un error”


En diálogo con EducaRed Argentina, el investigador y profesor Hugo Pardo Kuklinski reflexionó sobre los caminos que las TIC ofrecen a la innovación en la escuela. “La tecnología debe usarse para lo mismo que siempre se demandó a las instituciones educativas: pensamiento crítico, resolución de problemas, creatividad, y curiosidad, compromiso con los asuntos éticos, y profundidad en el conocimiento específico y en las distintas metodologías”, expresó. En relación con la función del docente en la inclusión de las nuevas herramientas, fue contundente al manifestar que “las TIC son relevantes pero no son el eje; creer que porque hacemos un blog con los alumnos o usamos un wiki, estamos innovando, es un error”.

Hugo Pardo Kuklinski es licenciado en Ciencias de la Comunicación, egresado de la Universidad de Buenos Aires; Magister de Investigación en Comunicación Audiovisual en la Universidad Autónoma de Barcelona, investigador, y desarrollador de aplicaciones Web institucionales. Actualmente, es profesor del Departamento de Comunicación Digital de la Facultad de Empresa y Comunicación de la Universidad de Vic, en Barcelona, integrante del grupo de interacciones digitales de esa casa de altos estudios, y fundador de CampusMóvil, una iniciativa que contribuye al desarrollo de la universidad del siglo XXI, a partir de uso de las nuevas tecnologías y las redes sociales. Ha publicado trabajos y libros sobre temas de su especialidad.


EducaRed: El despliegue de los entornos digitales permite pensar nuevos escenarios. ¿Cómo imagina la escuela y la enseñanza formal en el futuro, y en ellas la tecnología?

Hugo Pardo Kuklinski: Me la imagino en crisis permanente y perdiendo protagonismo. La tecnología estará siempre presente. El pizarrón es una tecnología, las TIC son otras y luego vendrán los dispositivos móviles y otras que aún no sabemos. Es imposible pensar la escuela sin tecnologías.
ER: Son muchos los docentes latinoamericanos que, en forma individual y muchas veces fragmentada, intentan desarrollar –con distinta suerte- proyectos donde la tecnología potencia las propuestas de enseñanza. ¿Qué recomendaciones le haría a fin de lograr implementar efectivamente propuestas con Tics y no perderse en el intento?

HPK: En su trabajo sobre los mejores profesores universitarios, Ken Bain habla de conceptos clave y pautas para el profesorado: a) conocimiento construido, no recibido; b) ayudar a los estudiantes a elaborar nuevos modelos mentales. Una tarea difícil porque los modelos mentales cambian lentamente y los estudiantes se sienten a gusto con sus ideas preconcebidas; c) trabajar más con preguntas que con respuestas; d) evitar objetivos o motivadores que estén ligados a la asignatura en forma arbitraria, favoreciendo el razonamiento en sincronía con la vida cotidiana. Estas pautas se hacen con las TIC, pero demuestran que las TIC no deben ser el eje de la transformación. No pongamos a las TIC en el eje de los cambios, es un error. En mi nuevo libro “Geekonomía”, hice un catálogo de buenas prácticas para profesores universitarios que puede ser útil para todo tipo de docentes.
ER: ¿Cuáles serían?

HPK: 1. Reglas simples en el aula. Motivar a los alumnos asumiendo estilos de supervisión heterogéneos, en función del grado de su desarrollo individual; 2. La innovación como destino profesional. La apuesta por la innovación debería ser imprescindible para todos los que trabajamos en la docencia universitaria. Ya sea desde la investigación, pero también desde los procedimientos, creando prototipos de nuevas técnicas y trabajando en formato beta bajo el método de ensayo y error; 3. Docentes polialfabetizados. Ya no sólo se trata de las capacidades analógicas y digitales, sino de inteligencia emocional, como señala Piscitelli en su último libro; 4. Producir contra la invisibilidad. En la era de la sobreinformación, el prestigio está configurado por el grado de atención de los otros. Un profesional de la educación reconocido es aquel que es leído, citado y consultado; 5. Los territorios mentales pueden ser mucho más productivos que los geográficos o departamentales. Romper los territorios preconcebidos; 6. Hacer autocrítica en las múltiples instancias de revisión entre pares, propiciando la meritocracia; 7. Evitar la endogamia del profesorado; 8. Menos enciclopedismo. Más acción y compromiso con la formación individual del alumno; 9. Buscar y diseñar entornos significativos. Un espacio académico que sea honestamente crítico con las limitaciones y generoso con las virtudes del profesorado, pero siempre exigente y competitivo; 10. Proponer, cada año, alguna idea nueva en el ejercicio de la docencia, a nivel metodológico, pero también a nivel de contenidos. Y como se ve, las TIC son relevantes en este decálogo, pero no son el eje. Lo otro es creer que porque hacemos un blog con los alumnos o usamos un wiki, estamos innovando y no es así.
ER: La difusión de Internet ha contribuido notablemente a acentuar la crisis del paradigma de la escuela tradicional. En la sociedad del conocimiento, ¿cuáles son los caminos que la tecnología ofrece a la innovación educativa?

HPK: Volvemos a “Geekonomía”. Allí digo que “parte del sistema universitario sufre una nueva crisis desde el momento en que deja de explotar su principal valor: la escasez. Así, se deja a un lado la experiencia de pertenecer y se hace foco principalmente en la oferta de títulos y contenidos que se podrían obtener gratuitamente en la red”. La tecnología debe usarse para lo mismo que siempre se demandó a las instituciones educativas: pensamiento crítico, resolución de problemas, creatividad, y curiosidad, compromiso con los asuntos éticos, y profundidad en el conocimiento específico y en las distintas metodologías. Internet puede contribuir en esos objetivos, pero podemos poner ordenadores en el aula y seguir aburriendo al personal.
ER: Larry Cuban señala que en el ciclo de inclusión de las tecnologías en la educación, históricamente, se verifican tres momentos: la fascinación de los inicios; la verificación de los magros resultados y el sub uso. ¿Cómo trabajar para que la tecnología no se convierta una vez más en una promesa sino que pueda incluirse genuinamente en la escuela?

HPK: La nueva tecnología siempre es una promesa. Es la ilusión que viene, la nueva cosa y nos obliga a cambiar, a transformarnos y transformar nuestro entorno. Eso es constante. Todos los avances tecnológicos de la historia fueron relevantes a nivel de evolución social. Otra cita de mi libro: “el ser humano sobreestima la importancia de los nuevos inventos y desestima los inventos con los que vivió toda la vida. Nos comportamos como niños ante el nuevo juguete y olvidamos el que nos seducía un año antes. Siempre estamos fascinados con el nuevo artilugio tecnológico. Por esto, las personas que nacieron antes de que una tecnología se torne popular y ubicua, la consideran realmente como tal y observan su faceta transformadora. Pero quienes nacen a posteriori de que una tecnología se convierta en masiva y social, la ven como un fruto del orden natural de las cosas. Ésa es una forma distorsionada de ver la relevancia de la innovación”. Acabo de escribir sobre esto, por eso me parece más interesante repetirlo así como le he escrito en “Geekonomía. Un radar para producir en el postdigitalismo”.
ER: La inclusión de Internet, ¿hace más democrática la vida del aula y la enseñanza? ¿Genera un nuevo modelo de ciudadanía?

HPK: Es un error del discurso tomar al presente como céntrico y único, sin tener en cuenta la cultura heredada. Hablar de una revolución tecnológica o democrática cuando se hace referencia a las TIC o a Internet suena presuntuoso y es incorrecto.
ER: En las representaciones culturales actuales, opera la idea de una distinción entre nativos e inmigrantes digitales, donde la peor parte se la llevarían los docentes imposibilitados de acceder “naturalmente” a la cultura digital. Pero como todo inmigrante que deja una cultura para integrarse a otra, seguramente será mucho lo que el docente analógico puede ofrecer en el intercambio. ¿Está de acuerdo con esta idea? ¿Cuál es el aporte de los docentes en la cultura digital de los nativos?

HPK: En la cultura digital, a veces es poco. Pero tienen mucho más para aportar. El argumento de Tapscott, Prensy y otros, sobre una nueva generación de alumnos con sofisticadas habilidades para las cuales los profesores no están preparados, es tan grueso que transmite imprecisión, escasa especificidad y ruido conceptual. Vamos, que es falso. Ese error amplifica el “problema educativo” porque pone toda la presión del cambio en las viejas metodologías de las instituciones y el profesorado y quita responsabilidad a los estudiantes. Un nuevo estudio de la Universitat Oberta de Catalunya realizado con adolescentes de 12 a 18 años en esa ciudad, revela que este colectivo no explota adecuadamente todo el potencial que tienen las TIC. Podemos citar decenas de estudios similares. Los invito a leer la sección “Sobre la Net Generation/Millennials/nativos digitalesy el mito de la generación disruptiva”, del capítulo 4 de “Geekonomía”.
ER: El trabajo colaborativo es hoy una marca prácticamente infaltable en el diseño de los proyectos escolares en la Web. ¿Pero a qué llamamos trabajo colaborativo? ¿Qué disposiciones previas se requieren en el nivel primario o secundario? ¿Cómo se puede formar en habilidades para la producción compartida de conocimiento?

HPK: El trabajo colaborativo es esencial en los nuevos formatos y lógicas de la educación formal. Allí radica el gran cambio. Es donde Internet juega un rol clave. El docente debe ser el mediador en la colaboración y dejar de ser un transmisor de contenidos. A esta altura ya no deberíamos ni siquiera hablar de esto.
ER: ¿Cuáles son las claves de una implementación exitosa de la estrategia de una computadora por alumno?

HPK: ¿Un ordenador por alumno? Eso está muy bien. De hecho ya existe en muchos hogares. Pero no resuelve nada. El problema está en las prácticas.
ER: ¿Cuáles son los temas en los que está trabajando actualmente o que le quitan el sueño en estos días?

HPK: Mobile, mobile, mobile. Mi spin-off Funky Mobile Ideas y nuestra CampusMovil.net. La educación formal valorará pronto el consumo snack que practican los jóvenes y la ubicuidad que ofrecen los móviles. Allí estaremos nosotros con nuestra plataforma.


Fuente: Educared

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